.-Pero, por qué Buenos Aires.
Alfredo le coge impetuosamente por el brazo y a grandes zancadas con él, va recorriendo la habitación señalándole los lienzos esparcidos por el suelo.
.- ¿Ves todo eso? Pues es una mierda, eso no es pintura. No son verdad. Y sabes por qué. Porque ya no sé qué verdad me queda que pueda reflejar con óleos en un lienzo.
.- Sabes que cuando hablas de arte me pierdo.
.- ¿Soy yo mismo verdad? ¿O sólo soy la sombra en la que me habéis convertido?
.- Yo no entiendo de arte, ni siquiera siendo tu hermano. Y la política no es un tema a tratar.
Alfredo, cada vez más delirante vuelve a agarrarle por el brazo y le lleva hasta un lienzo en blanco sobre un caballete. Alfredo se recoge el pelo y del cajón de un buró saca un una afilada daga. Después, toma un pincel que moja en óleo.
.- Pues ahora vas a entender de arte. Voy a ponerme a pintar y cuando yo te diga cortarás el pincel con la daga ¿De acuerdo?
.-Alfredo, estás borracho y además muy loco. No sé por qué te sigo haciendo caso.
Cierra los ojos, suaviza la respiración y juguetea unos instantes con el pincel entre sus dedos. Y en esa oscuridad, posa su pincel contra el virginal blanco del lienzo deslizándolo sobre el ya entregado y pálido tapiz de una tela que sueña que es cuadro. Y tras unas a veces suaves y otras vigorosas pinceladas, Alfredo da la señal.
.- Ya!
Y una daga parte un pincel.
Y Alfredo mira lo que de él queda entre sus dedos.
.- Por esto bebo. Y por esto me voy. Ni me siento libre, ni me siento artista ya. Por dos razones.
Ya no me siento libre porque nos habéis acosado y parece que ya no lloramos de rabia.
Y no me siento artista, porque de seguir siéndolo ese pincel hubiera sangrado cuando lo cortaste con el puñal. Si no llega hasta la pintura lo que yo soy, eso no es arte. Será construcción, pero no será arquitectura. Será un texto, pero no será literatura. Será un gesto, pero no un beso. Yo no pinto hermano, yo dibujo versos. ¿Sabes tú qué es acaso eso? Pero qué va a saber de esto alguien a quien únicamente le importa el dinero y su asquerosa reputación de represor número uno de Madrid.
.- Eres un bastardo igual que cualquiera de esos alborotadores callejeros. Y ni tu condición de artista y siquiera la de ser mi hermano no te garantiza que puedas hacer y decir todo lo que se te antoje. Y si estoy aquí es para prevenirte. Has desafiado como un bufón a todo el aparato escudándote en tu faceta artista, pero has ido demasiado lejos.
.- ¿Demasiado lejos por qué? ¿Por ser libre de pensar? ¿ Por cagarme en una autoridad que quiere hacer de mí un borrego? Nos estranguláis pedazo de cabrones, creéis que vuestra sangre vale más que la nuestra, y no es verdad. Pero ya no lloramos de rabia, parece que nos hemos rendido. De cuando en cuando viejas charlas de café se repiten con nosotros, nostálgicos de una revolución que no pudo ser. Qué le vamos a hacer… Nos habéis embalsamado, aunque nosotros también seamos culpables de haber olvidado que morir no es lo peor, que duele más vivir sin libertad, porque aunque vivas, no estrás viviendo tú, si no el cadáver que ya eres. Perdimos, pero al menos no dejamos de luchar, como pudimos.
.-Luchasteis para nada.
.- Para nada no, que aún ladramos, aunque vosotros cabalguéis.
.- Menuda gloria.
.- Sí, gloria , la de haber sido nosotros, la de atrevernos a ser y seguir siendo. Porque me niego a considerar a quien no me deje creer. Y no me importa tanto tener o no razón, sólo quiero ser libre de elegir con que ideas voy a vivir y por cuales vale la pena a veces morir. Que no os gusta? Pues os jodeis. Bien podéis amordazarnos, al menos un tiempo, pero no podéis evitar que no pensemos como vosotros. Y eso os irrita tan profundamente que castigáis nuestro cuerpo porque no podéis acabar con nuestros pensamientos. Ni con nuestro corazón.
.- Demasiada ginebra Alfredo y demasiada absenta.
Alfredo, con la botella en la mano, aprovecha la puya y echa un trago. Dos. Tres. Después estampa la botella contra los lienzos esparcidos por el suelo.
.- Bebo porque si ya no corre sangre por mis venas al menos que corra alcohol. Me recuerda al menos que sigo estando vivo y no tan seco como ese pincel que acabas de partir. Aunque no te lo creas, me mantiene agarrado al único gramo de cordura que me queda. No digo que tenga razón, pero sí que es cierto lo que siento. Y si no te sirven estas razones aquí te presento la mejor…bebo porque me sale de los cojones.
Pero tranquilo hermano, no seré más un incordio ni para ti ni para ellos. Sé que me quieres, al menos hasta donde puede querer alguien como tú. Pero es lo que hay, es lo que hubo siempre entre nosotros.
.- Por qué a Buenos Aires. Y hasta cuándo.
.- Por el abuelo. Tú eras muy pequeño cuando él me relataba los años que vivió allí de joven. Recuerdo cuando me contaba las noches de tanguito en San Telmo y de lo que amaba esa ciudad. Joder hermano, nuestra abuela era porteña, es también nuestra tierra. Nunca se hablaba de ello, pero el abuelo volvió a Madrid al poco de morir ella, con mamá siendo un bebé. Siempre que de niño le preguntaba al abuelo que por qué volvió a Madrid jamás me contestaba, como tampoco lo hacía cuando le preguntaba por la abuela, simplemente se quedaba mirando por la ventana, como si hubiera dejado de estar allí en esos momentos, y en silencio a veces, también lloraba. El resto ya lo conoces igual que yo, lo cual es lo mismo que decir que no sabemos nada. Nunca habló ni de ella, ni siquiera de por qué murió. Yo no sé por qué hermano, pero siento que debo ir allá. Serán sólo unos días, después ya veré.
-Y cuándo marchas.
.- Mañana.
.- Me parece conveniente tal y como se han puesto las cosas. Aquí en Madrid ya no puedes estar, te has creado demasiados enemigos. Los excesos de la libertad que tanto nombráis. Es lo mejor para todos. Cuídate Alfredo. Y si vuelves, que sea después de que él muera. Este ya no es tu país hermano.
Hace un ademán de abrazarle pero Alfredo le detiene.
.- Sin abrazos Luis, no seamos hipócritas. El tiempo dirá.
El tiempo dirá…
Una vieja maleta de cuero con dos iniciales y una pequeña botella de absenta en el bolsillo.
Más dudas que miedo, más sangre que lágrimas, más adiós que hasta luego…
Alfredo se gira justo cuando va a salir por la puerta. Se acerca hacia el lienzo del caballete donde dejó “volar” al pincel para que Luis lo cortara, y allí, delante de aquellos trazos que nada parecen decir, se queda un instante ensoñado, creyendo sentir que entre aquellas pinceladas, un hombre y una mujer bailan sensualmente una danza agarrados…
Sí, el tiempo dirá…
CONTINUARÁ……
24 septiembre, 2015 en 14:42
Que lienzo inagotable es tu prodigiosa pluma, caballero…! 🙂
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24 septiembre, 2015 en 15:02
Mariposa, como se posan tus palabras sobre mi corazón… Si esta historia existe es por vos, por un tango que me trajiste y que yo ya había soñado.
Alfredo marcha de Madrid con más pena que gloria, abrumado por un peso que siente ya no debe de asumir.
Y llegará a Buenos Aires, beberá su luz y su aroma y se embriagará, tan dulcemente, que sentirá que su corazón había de llegar a aquel lugar. El resto, la misma historia se encargará de desvelar.
Y sabes que te necesito para esto… sígueme dando esas «pistas» que siempre me acabas por dar.
Pluma y lienzo… 😉
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24 septiembre, 2015 en 15:21
sos un loco lindo! 😉
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24 septiembre, 2015 en 15:30
Quizá más loco que lindo, o tal vez más lindo que cuerdo… Qué se yo! 😉
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24 septiembre, 2015 en 15:35
o quizá todo eso junto! jaja. ama tu geografia, tanto como tu alma loca y sutil. somos perfectos asi como somos…
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24 septiembre, 2015 en 15:39
Sí, perfectos, como cada copo de nieve que cae en su lugar exacto, o como el color de una flor que simplemente es que no puede ser de otra manera. El cielo no ve imperfecciones, todos y cada uno de los elementos de la creación son reflejo de la perfección de ese mismo cielo…
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24 septiembre, 2015 en 15:47
eso es! eso somos.
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24 septiembre, 2015 en 15:51
😉
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24 septiembre, 2015 en 15:53
ahora… pluma, lienzo en blanco… y a escribir….!!!! 🙂
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24 septiembre, 2015 en 15:58
Así sea! 😉
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24 septiembre, 2015 en 15:59
Desde Baires te enviamos toda la energia!!!!!!
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24 septiembre, 2015 en 16:03
Ahora he visto a Sabina! Jajajaja, es mi cantante español preferido, estuve una vez en su casa del centro de Madrid. Su estrella se acabó apagando, pero es un genio que a mí me ha influido e inspirado muchísimo, sobre todo poéticamente.
Gracias por vuestro delicado pensamiento hacia este «loco lindo» como decís vos 😀 😀 😀
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24 septiembre, 2015 en 16:08
…estuviste en la casa de Sabina? estrella apagada decis? acá lo adoramos!!!!! flor de poeta!
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24 septiembre, 2015 en 16:13
Sí, estuve en su casa, en la calle relatores, muy cerca de la puerta del sol (el centro de Madrid y de España) Al decir apagada quiero decir que se siente ya muy cansado y con poca energía. Hay muchas razones. Pero como toda «estrella» aun después de agotarse su luz, su calor se mantiene más allá de su propia vida de estrella. El es de Andalucía, pero desde que de joven llegó a Madrid ya nunca se marchó. Se siente madrileño de corazón y aquí también lo adoramos. Es un tipo único, un poeta genuino.
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24 septiembre, 2015 en 16:19
Me gusta mucho la quimica que hizo con Serrat… para mi Sabina es eterno, sus canciones (todas) calan hondo en el corazon y llegan a los huesos. Y es un poco de nosotros tambien, como Serrat… nos permitis…? 🙂
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24 septiembre, 2015 en 16:22
Por supuesto cara mía… La Argentina, España, Madrid Buenos Aires… Con Alfredo voy a descubrir y vivenciar esa misma pasión y melancolía que a ambos pueblos nos unen. Hay algo en vosotros que me conmueve y que amo.
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24 septiembre, 2015 en 16:29
Somos pueblos hermanados! Gracias Lottar!
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24 septiembre, 2015 en 16:32
Yo todavía no lo puedo explicar, y creo que este relato me va a ayudar a ello. Pero sólo escuchar vuestro acento ya me conmueve desde un lugar muy profundo en mí que desconozco. Serán las tonterías de un tonto y loco poeta tal vez…
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24 septiembre, 2015 en 16:33
es para tanto, che? 🙂
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24 septiembre, 2015 en 16:35
Si 😀 😀 😀
Ya lo sé, boludeces de un pelotudo 😀 😀 😀
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24 septiembre, 2015 en 16:40
Yo siento igual… Ah… y por cierto…. no sos… p… como dijiste más arriba… sólo sos un alma sensible, y eso es algo hermoso, pibe…
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24 septiembre, 2015 en 16:45
😀 😀 😀 Gracias amiga, vos también lo sois, sensible y hermosa… 😉
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24 septiembre, 2015 en 16:49
Gracias mi querido amigo!
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24 septiembre, 2015 en 16:51
😉
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24 septiembre, 2015 en 16:19
Mira Gabi, creo que este es el mejor momento de Sabina, en el cambio de siglo.
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24 septiembre, 2015 en 16:27
siiiiiiii! 2000/2001 o por ahi no es cierto?
un album que me fascino fue éste:
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24 septiembre, 2015 en 16:29
Sí, «19 días y 500 noches» y «Nos sobran los motivos» son para mí y para muchos los mejores.
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24 septiembre, 2015 en 16:31
En esos años yo no paraba de escucharlos! Leiste su libro de poemas?
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24 septiembre, 2015 en 16:33
Creo que he leído todo lo que se puede leer de Sabina. ¿Te refieres a su libro de sonetos «Ciento y volando»?
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24 septiembre, 2015 en 16:35
ese mismo!
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24 septiembre, 2015 en 16:36
Su poesía siempre ha influido mucho ne una parte de la mía. Creo que en su estilo es único.
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24 septiembre, 2015 en 16:54
😉
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24 septiembre, 2015 en 20:24
Me gusta el relato cuando el decide partir, antes, me parecio demasiado literario, si? Promete muchisimo
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